¿Qué tipo de traducciones puedes encontrar?
Traducción oficial: lleva la firma y el sello de un traductor que ha aprobado un examen de certificación e idoneidad para poder garantizar que sus traducciones reflejan de manera adecuada el texto del original. El traductor oficial tiene firma y sello registrado frente al ente que le otorga la licencia de traductor oficial, y por lo tanto está vinculado legalmente a cersiorarse de que sus traducciones son correctas. Las traducciones oficiales, firmadas y selladas por el traductor oficial, son válidas a nivel internacional.
Traducción oficial notariada: tiene exactamente las mismas características que una traducción oficial, pero además lleva la firma y sello de un notario público que garantiza que el traductor oficial que realizó la traducción está debidamente certificado y tiene su firma registrada ante notario. Además, notariar una traducción oficial es un requisito indispensable para poder apostillar. Sólo se podrá notariar una traducción oficial en la notaría en la que el traductor oficial tenga registrada su firma y sello.
Traducción oficial apostillada: es una traducción hecha por un traductor oficial que, además, ha sido notariada para que la Cancillería o el Ministerio de Relaciones Exteriores pueda aceptar y realizar el proceso de apostille. La apostilla de una traducción le da validez internacional adicional a la que ya tiene, pues así podrá surtir efecto legal en el país de destino en el que se usará la traducción. No todas las traducciones tienen que notariarse y apostillarse. Eso dependerá de lo que la entidad o país a donde presentarás la traducción te haya solicitado.
Nota: las traducciones oficiales por sí solas (con el sello y firma del traductor oficial) tienen validez internacional. El notariado y apostille aplican cuando así lo solicita la entidad que te pide las traducciones.
Y a ti, ¿cuál de estas tres opciones te solicitan?
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